"Mi pared debe respirar?“

"Las paredes que respiran" y la historia detrás de esta expresión

Breathing wall example
Christelle Hainaux | Thomas Becht

Entre las leyendas que no se acaban de erradicar que rodean la física de la edificación y el clima interior está la de las paredes que podrían y deberían incluso "respirar". Solo así se podrían eliminar los peligros del moho y garantizar un clima interior "saludable".

Leyenda versus realidad

Esta idea se originó a mediados del siglo XIX durante un experimento del reconocido higienista Max von Pettenkofer. Encontró que podía apagar una vela a través de un ladrillo con la ayuda de un embudo pegado y sellado. A partir de esto, concluyó que los materiales de las paredes porosas permitirían el intercambio de aire entre el interior y el exterior, contribuyendo así a la purificación del aire interior. Sin embargo, lo que Pettenkofer pasó por alto fue, que cuando apagó la vela, produjo una sobrepresión considerable en un lado del ladrillo, la cual podría en realidad forzar realmente el aire a través de la estructura del mismo.

No obstante, en circunstancias normales, no hay tales diferencias de presión en la envolvente exterior de una casa. Incluso el viento de tormentas fuertes no puede introducir aire a través de una pared exterior acabada. Por el contrario: la mampostería y las paredes enlucidas son tan herméticas como el cemento o las paredes prefabricadas con un acabado profesional.

También se deduce de esta leyenda que es irrelevante que un aislamiento sea instalado en el exterior o en el interior, y que no obstaculiza el intercambio de aire. Si no hay intercambio, no se puede reducir. Incluso adherir una capa hermética no influirá en el intercambio de aire de una habitación.

Ventilación de espacios interiores

Los espacios interiores necesitan ser ventilados. Por un lado, el aire viciado debe ser reemplazado por aire rico en oxígeno y, por otro lado, la humedad en el aire de la habitación debe ser disipada. Pero esto no sucede por procesos físicos misteriosos en la pared, sino por un intercambio de aire controlado y deliberado, ya sea por la apertura regular a corto plazo de las ventanas o por un sistema de ventilación central o descentralizado.

Por un lado, la ventilación controlada permite una alta calidad del aire interior, pero, por otro lado, el aislamiento garantiza paredes cálidas en las que la humedad no puede condensar y ser un caldo de cultivo para el moho. La interacción de los dos factores crea un clima interior agradable y saludable. Una pared sin aislamiento sería fría e incómoda. Además, conduciría a importantes pérdidas de energía y sería una amenaza permanente de moho.

La eliminación de la humedad a través de las paredes a veces se denomina respiración. En realidad, se produce, dependiendo del material, pero no desempeña un papel en el balance de humedad de una habitación. La difusión, la penetración gradual del vapor de agua en los materiales de construcción de la pared, solo representa hasta un 2% de la eliminación de la humedad. El 98% se evacua por aireación fuera de la habitación. Y en la práctica ni siquiera el 2% tiene importancia.

Mucho más importante aquí es que el yeso, la cal o la arcilla pueden retener la humedad en forma cristalina y, si es necesario, liberarla nuevamente al aire interior que es demasiado seco reduciendo de esta forma los llamados "picos de humedad". 

Un extracto de la DIN 4108 alemana

de 1969

“No se produce la respiración de las paredes en el sentido de una renovación del aire de los interiores. Sin embargo, es deseable una cierta capacidad de absorción del vapor de agua en el interior de las paredes por razones higiénicas y estructurales.

El revestimiento interior común, las placas de yeso y otros similares cumplen con este cometido (amortiguación). Para evitar la penetración del vapor de agua absorbido por esta capa en las capas más profundas de la construcción, puede ser necesario instalar una barrera de vapor, especialmente en el caso paredes multicapa o en el caso de fijaciones metálicas. La humedad del aire absorbida durante los picos de humedad se liberará nuevamente al aire interior durante los períodos secos. Esto se facilita al ventilar las habitaciones (abrir las ventanas, instalar conductos de ventilación y similares)." DIN4108-1969

Conclusion

El modelo funcional de las "paredes que respiran" es cosa del pasado. Los edificios energéticamente optimizados requieren una envolvente hermética. En cuanto a la hermeticidad, el aislamiento FOAMGLAS® demuestra ser el material aislante perfecto: no se requiere la instalación de una barrera de aire adicional.

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